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Bicentenario de los Sitios: Agustina de Aragón

Bicentenario de los Sitios: Agustina de Aragón

Agustina de Aragón, cuyo  auténtico nombre era Agustina Zaragoza, paradójicamente no era ni zaragozana ni aragonesa; nació en Barcelona  y su presencia en nuestra ciudad a sus 22 años durante los Sitios es circunstancial, ya que llegó en mayo de ese mismo año, al inicio de la Guerra de la Independencia.

 

Vino Agustina a casa de su hermana Quimeta, que sí era vecina de Zaragoza desde hacía dos años, ya que su esposo, militar del cuerpo de artillería al igual que el de Agustina, se hallaba destinado en Zaragoza.

 

Ambas hermanas, junto a otras muchas mujeres, ayudaban en la defensa de las murallas y puertas de la ciudad, llevando munición y agua para los defensores.

 

El día 2 de julio de 1808 Agustina vio como todos los artilleros de la batería del Portillo habían muerto y que, aprovechando el silencio del cañón, los franceses avanzaban en columna, sin apenas resistencia, hacia la puerta. Cuando éstos se hallaban a muy pocos metros Agustina corrió hacia la pieza de artillería, tomó el “botafuegos” de la mano del artillero muerto y la aplicó sobre la mecha del enorme cañón, oportunamente cargado con metralla en lugar de bala. El barrido de la metralla causó un gran destrozo y tremendo desconcierto en la columna francesa, y los supervivientes huyeron a la desbandada, hostigados por los fusiles de los hasta hacía poco desmoralizados y ahora alborozados defensores.

 

El comandante del puesto defensivo tomó los galones del sargento artillero, muerto en su puesto, y se los colocó a Agustina sobre el hombro; esa misma tarde Palafox ratificó el nombramiento, convirtiéndose así en Agustina de Aragón, la primera mujer artillera.

 

Al finalizar  el Segundo Sitio Agustina, junto con su marido que había llegado con los refuerzos, fue llevada prisionera a Francia , pero ambos lograron escapar y volvieron a luchar contra los franceses en Tortosa., donde fueron tomados nuevamente prisioneros, canjeados y una vez más tomaron parte en otras acciones militares.

 

Terminada la Guerra de la Independencia Agustina de Aragón fue recibida en audiencia por el rey Fernando VII, quien la ascendió a subteniente, y continuó  sirviendo en el ejército hasta su retiro en Ceuta, ciudad en la que murió en 1857, a los 71 años de edad.

En 1870, a instancias del Ayuntamiento de Zaragoza se trasladaron sus restos a la cripta del Pilar y  durante la celebración del Primer Centenario de los Sitios fue enterrada definitivamente en la Capilla de las Heroínas del Portillo junto con Manuela Sancho y Casta Álvarez.

La ilustración corresponde al grabado de Goya titulado “Qué valor...!”

Rafael

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